De nuevo ha llovido esta noche, y salimos de nuevo con la carretera húmeda, pero ¿Qué mas da?, estamos de viaje en moto, es pasa a un segundo plano, los ingredientes del viaje son demasiado espaciales para que una minucia de estas nos incomode.
Avanzamos por autopista una hora, nos sacamos de enmedio unas millas sin nada interesante, y retomamos la 66, que nos recibe con el Munger Moss, un motel mítico por su Letrero alucinante. Deberíamos pasar de noche por ellos, para verlos encendidos, con sus neones, así lucen impresionantes, pero evidentemente no se puede circular de noche solo por eso.
Avanzamos por autopista una hora, nos sacamos de enmedio unas millas sin nada interesante, y retomamos la 66, que nos recibe con el Munger Moss, un motel mítico por su Letrero alucinante. Deberíamos pasar de noche por ellos, para verlos encendidos, con sus neones, así lucen impresionantes, pero evidentemente no se puede circular de noche solo por eso.
Vamos haciendo 66 por zonas muy verdes, se nota la humedad, el calor es muy distinto al del desierto, es mas pegajoso, pero se lleva muy bien, no es mucho.
Llegamos al este puente maravilloso, el entorno es envolvente, con naturaleza salvaje, olores, sensaciones, y el saber que estás en un lugar mítico.
El biker bar que está al lado es genial
Hora de desayunar, este lugar es fantástico, se desayuna de maravilla.
Llegamos a Cuba, si, si, a Cuba, Missouri.
Y la colección de Bob, en Cuba también, otro lugar alucinante, y una de las colecciones mas importantes que hay de chapas y publicidad vintage.
De camino, hay que pararse a ver el majestuoso puente que une los dos estados, Missouri e Illinois, cruzando el Missisipi.
Ya en destino, tenemos la vista a la granja de Henry, un tío fenomenal, ya después de tantos años años que nos conocemos, nos une amistad.
Fin de día hoy, hasta mañana!
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